En la tarde del 9 de abril pasado, los agentes de la Unidad de Enlace Internacional (UEI) en la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, efectuaban una redada como muchas otras.

Al frente del grupo estaba Abigail Esparza Reyes, una experimentada agente de la UEI, corporación que se encarga de las operaciones de búsqueda y captura de fugitivos de crímenes -principalmente estadounidenses- que huyen a México para esconderse.
El objetivo de la redada era César Hernández, un hombre condenado en California por asesinato, pero que logró fugarse en un traslado carcelario en diciembre de 2024. El hombre de 35 años huyó a Tijuana, donde intentó rehacer su vida.
La UEI, que realiza operativos en estrecha colaboración con agencias federales de EE.UU. que solicitan detenciones en México, tenía localizado a Hernández. Y alrededor de las 14:00 inició un operativo para su detención.
“Estaban en un residencial privado. Tenían las entradas y salidas controladas”, explica Eduardo Villa Lugo, un periodista especializado en seguridad del estado de Baja California.
Pero en el operativo de captura algo se salió del plan.
“Cuando están ingresando, con Abigail coordinando al grupo, se escuchan detonaciones en su contra. Los agentes repelen la agresión y el sujeto escapa por detrás de la vivienda”, cuenta el también columnista en temas de seguridad estatal.
Una bala de las disparadas desde el segundo piso de la vivienda rodeada, en el residencial Barcelona, hirió de muerte a la agente Abigail Esparza. El auxilio médico no pudo evitar su fallecimiento pocos minutos después en un hospital.
Hernández huyó, desnudo, entre los techos de otras casas hasta escapar por una calle aledaña donde encontró ropa en un vehículo estacionado y se marchó lentamente. “Así como de película, se va a pie”, cuenta Villa Lugo.

Fuente de la imagen, SSC
Unos días después, el hombre fue detenido en otra zona de Tijuana. Pero el daño ya estaba hecho: la muerte de la agente Abigail Esparza era el golpe más duro que había recibido la UEI en los más de 20 años de operativos exitosos.
La corporación ha logrado la detención de más de 1.500 fugitivos, casi todos estadounidenses, que intentan refugiarse en la zona fronteriza de Baja California. Su efectividad, basada en análisis de inteligencia y planes cuidadosamente diseñados y ejecutados, le ha valido el reconocimiento de las autoridades de México y EE.UU.
También los medios se han fijado en su labor: en 2022 el diario estadounidense The Washington Post publicó un amplio reportaje sobre los agentes, a los que llamó los “gringo hunters”, o “cazadores de gringos”. El sobrenombre fue tomado por otros medios y por Netflix, que estrenó una serie ficcional basada en las tareas de la UEI.
Agencias de EE.UU. como el FBI, la DEA o los US Marshalls han tenido una estrecha colaboración con la UEI a lo largo de los años, algo que no ocurre con otras corporaciones de seguridad mexicanas de las que los estadounidenses desconfían.
“La comandante Abigail Esparza Reyes fue un pilar de carácter excepcional y dedicación al servicio de su comunidad. Será recordada por su valentía, su servicio desinteresado y su sacrificio supremo”, dijo la oficina del Alguacil de San Diego, al otro lado de la frontera.
La muerte de la agente llevó a la UEI a dejar de aparecer en los medios. BBC Mundo pidió una entrevista con la unidad, pero no hubo una respuesta positiva.
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Villa Lugo también cuenta que después del fallecimiento de la agente, los US Marshall hicieron un evento y una carrera a beneficio de su familia. En México hubo un homenaje oficial con la participación de estadounidenses. “Hay un hermanamiento de la Unidad de Enlace con las corporaciones estadounidenses”.
El analista en seguridad Víctor Sánchez señala que “el gran mérito de la Unidad de Enlace Internacional es que les encargaron cosas, las gestionaron con éxito y eso ha construido una relación de confianza” con las autoridades estadounidenses.
“Suele haber cierta suspicacia de las autoridades de EE.UU. para compartir información con las mexicanas por los niveles de corrupción y debilidades institucionales”, explica.








