Entrevista| En el mundo actual, donde la salud mental ha cobrado una importancia significativa, es fundamental explorar todos los factores que pueden influir en nuestro bienestar emocional y cognitivo.

Uno de los aspectos más intrigantes y, a menudo, pasados por alto, es la alimentación.

Cada vez más investigaciones demuestran que la dieta no solo afecta nuestro cuerpo, sino que también tiene un impacto notable en nuestra salud mental y el funcionamiento del cerebro.

La Nutrióloga clínica y obesóloga Eva González hace énfasis en la Dieta Como Factor Clave en la Salud Mental

Durante una entrevista en el programa Acércate Más Tv reveló que han observado cambios en algunos pacientes diagnosticados con diferentes enfermedades psiquiátricas que han logrado reducir incluso suspender su medicación al realizar cambios positivos en su dieta y mejorar su entorno.

Mejorar la salud intestinal y hepática puede contribuir a la eliminación de toxinas que afectan negativamente al sistema nervioso, ayudando a restaurar un equilibrio necesario para el bienestar mental.

Impacto en Niños y Adolescentes

La conexión entre la salud intestinal y el bienestar emocional es especialmente relevante en niños. Estudios han mostrado que la permeabilidad intestinal está directamente relacionada con su estado emocional.

Al mejorar la función intestinal, se han observado mejoras notables en su comportamiento y estado de ánimo. Esto refuerza la importancia de una alimentación adecuada desde una edad temprana para asegurar un desarrollo emocional saludable.

Adultos y la Relación con los Carbohidratos Refinados

En los adultos, el consumo de carbohidratos refinados y azúcares tiene una correlación alarmante con un aumento en los síntomas de ira y depresión.

Investigaciones recientes indican que al eliminar los azúcares de la dieta, los síntomas depresivos pueden disminuir hasta en un 60%. Este hallazgo subraya la importancia de revisar nuestra ingesta alimentaria y su potencial efecto en nuestros estados de ánimo.

Más Allá de la Dieta

Es vital entender que los problemas de salud mental pueden agravarce por una mala alimentación, pero también por hábitos negativos en otras áreas de la vida.

Factores como estímulos auditivos y visuales, contaminación ambiental, hábitos tóxicos, patrones de sueño inadecuados y la manera en que manejamos nuestras emociones también juegan un papel crucial en nuestra salud mental.

La alimentación no debe ser vista únicamente como una fuente de energía, sino como un componente integral de nuestra salud mental y emocional.

Mejorar nuestra dieta y ser conscientes de los factores que afectan nuestra salud mental puede ser el primer paso hacia un bienestar más completo y feliz.

Evaluar lo que comemos y cómo vivimos puede abrir la puerta a una vida más saludable y equilibrada.

¡Cuidemos de nuestro cuerpo y mente con una alimentación consciente!