LOS ANGELES (NBAMANIACS.com).-El funeral de los Clippers estaba ya a medio organizar. Muchos se habían encargado de ponerle sede, fecha y de empezar a hacer llegar la invitación. Solo faltaba que alguien se dignase a llevarse el cuerpo. Pero resulta que el cuerpo ha empezado a dar señales de vida y quizás haya que posponer, veremos por cuánto tiempo el entierro.

Los angelinos se han llevado una nueva victoria de su visita a Porltand, donde se han impuesto por 103-119 para hacerse con su tercer triunfo consecutivo y, con él, firmar su mejor racha de la temporada. Una racha que no por ello es espectacular pero que sí permite albergar algo de esperanza con respecto a este equipo. Tal vez no estaba todo perdido.

Y es que, con la décima plaza del Oeste sorprendentemente barata, la postemporada está a tiro para cualquier equipo de la zona baja que se ponga las pilas. Y mientras que otros no tienen demasiados argumentos para creer en una recuperación milagrosa, los de Tyronn Lue tienen el ejemplo de la temporada pasada para encontrar el camino. De hecho, es posible que en la segunda mitad en el Moda Center hayan empezado a encontrarlo.

Historia de dos mitades

Tras un tiro libre de Clingan a los pocos minutos de arrancar el tercer cuarto, los Blazers se colocaron con un 71-59 que suponía su máxima ventaja de la noche en ese momento. Como descubrirían poco después, suponía también el inicio del desastre.

Algo cambió a partir de ese momento en los Clippers, que parecieron un equipo radicalmente distinto de ahí en adelante. Sobre todo en defensa parecía haber una marcha más, y Portland se encontró de pronto contra un puro al que era incapaz de meterle mano. Un muro que los dejó siete minutos sin anotar un tiro de campo y les hizo encajar un parcial de 1-19 que no solo hizo desaparecer su renta sino que les hizo tener que ir a remolque. Y una vez en esa situación, no supieron aferrarse al encuentro.

Los angelinos llegaron a verse de hecho 16 arriba, y nunca temieron una remontada una vez que se pusieron por delante. James Harden y Kawhi Leonard, algo dormidos en la primera mitad (sobre todo el alero), tomaron las riendas del choque en la segunda con 20 y 21 tantos tras al descanso respectivamente, desarbolando a la defensa de unos Blazers que de repente sentían que perdían el control. Porque si no era uno era otro y si no era otro era uno.

Y si no era ninguno de los dos, era el factor sorpresa.

Porque no solo de los 34 y 28 tantos de sus dos estrellas vivieron los Clippers, que se encontraron con un arma inesperada que los mantuvo con vida en la primera mitad y secundó la remontada en la segunda. Los triples de Brook Lopez no son a estas alturas una sorpresa en sí mismos, pero sí lo fue ver al pívot, que había llegado a quedar fuera de la rotación hace no mucho, erigirse como tercera espada en ausencia de Ivica Zubac. Pero sorpresas como esta, bienvenidas sean.

El pívot anotó un total de nueve triples, el récord de su carrera, para irse hasta los 31 puntos, dando a Harden y Leonard el apoyo necesario para guiar a los suyos al triunfo. Ningún otro hombre terminó en dobles dígitos, el banquillo aportó unos paupérrimos 11 tantos… Pero no hizo falta más. Con la defensa de vuelta a su óptimo rendimiento, no hicieron falta más que un par de muñecas activas para seguir despertando al muerto.

Y ahora, con cinco partidos consecutivos en casa, quizás pueda incluso empezar a incorporarse y a caminar.