
ESTADOS UNIDOS (NBAMANIACS.com).-Suena dramático, pero es que lo es. Los New Orleans Pelicans poco tienen que ver con aquel equipo que en 2019 saltó al primer plano baloncestístico al hacerse con Zion Williamson en el draft. Fue un momento de ilusión, de expectación, de entender que había una posibilidad de colarse en la élite de la NBA. Pues bien, seis años después no queda nada… Bueno, mentira, queda Zion…
Los de Luisiana están en ese grupo de franquicias que viven en el ostracismo. Nadie parece interesarse por lo que hacen o dejan de hacer, y mientras acumulan derrotas hasta el punto de ser el único equipo que aún no ha ganado en la Conferencia Oeste. Un 0-4 en una temporada regular de 82 partidos no es nada, pero dice mucho.
Esta última madrugada han visitado a los Denver Nuggets y ha terminado en masacre. Un 122-88 que suena a equipos que viven dos realidades opuestas y que deja claro que los Pelicans están lejos de romper a jugar, algo que por otro lado no sorprende, ya que una vez más tienen un proyecto en construcción con piezas tan interesantes como el novato Jeremiah Fears.
A nadie sorprende que quisiesen echar abajo lo montado con Brandon Ingram y otros, pero si ese el camino elegido, ¿por qué en verano han tomado decisiones que van justo en la dirección contraria? Y nos ceñimos a una en concreto, la de traspasar a los Atlanta Hawks su elección de primera ronda de 2026 sin mantener control o protección alguna sobre la misma. Y no es un tema baladí, ya que se espera que sea una clase de gran talento.
¿Esperaban ser equipo de playoffs este año? Suena a utopía. El Oeste está minado de grandes equipos y sobra decir que los Pelicans no están entre esos. Es cierto que dieron batalla a Memphis Grizzlies y San Antonio Spurs, pero ahora acumulan dos palizas en contra ante Celtics y los mencionados Nuggets. Cuesta encontrar el sentido a lo que están haciendo.
¿Traspasarán los Pelicans a Zion?
Hace unos meses parecía ser una opción muy real, pero finalmente optaron por iniciar un nuevo camino rodeándole de otras piezas. La cuestión es que la relación entre ambas partes hace tiempo que es tirante, algo a lo que no ha ayudado que para que Zion pueda acceder a sus millones tenga que pasar antes por la báscula. La sensación es de agotamiento. Los años pasan y nada cambia. Cada verano se anuncia que ahora sí llega el gran Zion, pero… ¿dónde quedan unos grandes Pelicans?
(Fotografía de Petre Thomas-Imagn Images)








